ANECDOTAS VI

Hoy toca contar lo ocurrido en mi viaje a la Maratón de New York del 2003, viajes de este tipo suelen dar para mucho, pero me centrare básicamente en una de las dos anécdotas que me marcaron, de este viaje.
Todo ocurrió en el Aeropuerto John F. Kennedy, cuando llegamos bajamos del avión y nos dirigimos a recoger las maletas, a todo esto tienes que pasar un control de pasaporte, cosa fácil en teoría.
Bueno cuando me llega mi turno y le doy mi pasaporte, noto que me mira demasiado y me empiezo a inquietar, de repente llama a alguien y viene un señor y en castellano me dice que le acompañe, como comprenderéis ya empiezo a acojonar me.
Me pasan a una sala grande llena de gente y me hacen sentarme, al rato me hacen ir a una ventanilla y me preguntan si había estado alguna vez allí, motivo del viaje y así una serie de preguntas mas.
Mis respuestas parecen acertadas y me hacen pasar con el resto de mis compañeros, al volver Eladi ya empieza con la guasa.
Recejemos nuestros equipajes y por ultimo tenemos que volver a pasar por un pequeño control, pero este esta formado por dos policías que mas bien parecían dos armarios empotrados, al llegar a ellos les doy mi documentación y me piden que les acompañe, me meten en una sala pequeñita en la cual habían dos policías mas, en el medio había una mesita con una lampara y una silla. Encima de la mesa había un folio, me hacen ponerme de pie en frente de la mesa, rodeado de los 4, en el folio puedo leer una serie de nombres y el primero de la lista leo David Rodriguez.
Llegados a este punto estoy cagado, pero cagado de miedo, todo esto pasan unos 4 minutos sin que nadie habrá la boca, lo cual lo hace aun mas tenso. Por fin un armario me pregunta, eso si en castellano, menos mal, sino lo teníamos chungo ya que yo ni papa de ingles.
Las preguntas básicamente las mismas que en la otra parada, así que mis respuestas no varían y tras unos largos minutos, me hacen regresar con mis compañeros que están esperando a que regrese para coger el bus que nos lleve al hotel.
De aquí mi amigo Eladi dedujo que me confundieron con un mexicano y estuvo todo el viaje llamándome cuate, ahora me rió pero las pase canutas, un saludo.